La Filosofía De La Autoestima: Como Integrar Las Prácticas De La Autoestima A La Vida Diaria
En artículos anteriores hemos revisado los seis pilares de la autoestima, vivir consciente, aceptación de si mismo, responsabilidad de si mismo, la autoafirmación, vivir con propósito y la integridad personal, estas prácticas en conjunto nos pueden ayudar a mejorar la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero ¿son lo único que importa para tener una autoestima solida? ¿también son importantes las ideas, convicciones, pensamientos, de cada persona? La respuesta es sí. Las ideas y convicciones de cada persona generan respuestas, lo que lleva a acciones, en este caso prácticas.
Lo que las personas creen, lo que piensan, lo que se dicen a si mismas, influye en lo que sienten y en lo que hacen, a su ves lo que sentimos y hacemos lo tomamos como algo significativo para nuestra entidad, por lo tanto, son un factor decisivo en el desarrollo de la autoestima de cada individuo. La acción tiene la última palabra, por cuanto sin ella no puede conseguirse o mantenerse ningún valor vivo. Las creencias en un vacío, separadas de la acción, no significan nada.
Existen ideas y creencias (no nos referimos a religiosas) que están tan arraigadas en las personas que las llevan a realizar las practicas de las que hemos estado halando, estas creencias tienen todo el poder de provocar emociones y estimular la conducta, es decir llegamos a actuar o no en base a esas concepciones. A este grupo de creencias arraigadas es a lo que se le llama “filosofía de la autoestima” un conjunto de premisas (afirmaciones que damos por hechas sin analizar) relacionadas entre sí que inspiran las conductas que producen una sensación firme de eficacia y valía personal. Se puede hacer un listado este tipo de ideas dividiéndolas en las creencias sobre uno mismo y las que son sobre la realidad.
En las creencias sobre uno mismo podemos listar: yo tengo derecho a vivir, yo tengo un valor para mi mismo, yo tengo derecho a satisfacer mis necesidad y deseos, no existo para cumplir las expectativas de nadie, no me considero propiedad de nadie y nadie es propiedad mía, soy una persona encantadora, soy alguien admirable, debo tratar a los demás de manera justa y los demás deben tratarme igual, merezco respeto, ninguna persona o grupo tiene derecho a determinar como tengo que pensar o sentirme respecto a mi mismo, yo confió en mi mente, veo lo que veo y se lo que se, yo merezco ser feliz, soy suficiente pero puedo crecer más, soy capaz de recuperarme de una derrota, tengo el derecho a cometer errores y aprender de eso, tengo el derecho de defender mis convicciones, tengo el derecho de considerar importantes mis valores y sentimientos, debo hacer lo que predico, debo mantener mis promesas, debo cumplir mis compromisos, debo perseguir la congruencia moral.
Por otro lado las en las creencias basadas en la realidad podemos mencionar las siguientes: Lo que es, es los hechos son los hechos, la ceguera selectiva no vuelve real lo irreal y viceversa, el respeto a los hechos reales lleva a resultados mas satisfactorios, la consciencias es fiable, el conocimiento es posible, la realidad es cognoscible, los seres humanos son fines en sí mismos, y no medios para los dines de los demás y deben ser tratados como tales; un ser humano no pertenece ni a la familia ni a la iglesia ni al estado ni a la sociedad; todas las asociaciones deberían ser voluntarias; no deberíamos sacrificarnos a los demás ni sacrificar a los demás a nosotros; un mundo en el cual nos consideramos a nosotros mismos y a los demás responsables de nuestras acciones funciona mejor; la negación de la responsabilidad no sirve para la autoestima de nadie, mucho menos para la persona que la niegas; lo moral, es lo práctico.
El hecho de que mencionemos todas estas ideas no es necesariamente una muestra de superioridad moral sino más bien son mencionadas para intentar darnos cuenta de que esas ideas la mayor parte del tiempo son inconscientes, hay que hacer un esfuerzo por explorarlas, darles el sentido de cada uno y aplicarlas a nuestras conductas. No basta con decir “estoy de acuerdo” o “a partir de hoy lo voy a hacer” el objetivo de todo esto es que realmente profundizamos todas estas ideas y las manifestemos en nuestro día a día. En la medida en que se experimenten de forma genuina tienden a inspirar la consciencia, la aceptación de uno mismo, la responsabilidad de uno mismo, la autoafirmación, la vida con propósito y la integridad.