La laicidad en democracia garantiza el ejercicio de derechos: Roberto Blancarte
- Celebra INE Conferencia Estacional de Otoño
- Es fundamental conocer la evolución del Estado laico en los tiempos que corren: Lorenzo Córdova
- La historia del Estado laico es también la historia de la reivindicación de derechos: José Roberto Ruiz
Al impartir la Conferencia Magistral Estacional de Otoño 2021, Democracia y Laicidad, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), el doctor Roberto Blancarte subrayó que “así como la democracia, la laicidad es un proceso que explica la transición en las fuentes de legitimidad del poder político”.
En este sentido, destacó, en las democracias modernas la laicidad “es un régimen social de coexistencia o de convivencia cuyas instituciones políticas están legitimadas principalmente, no únicamente, por la soberanía popular y ya no por elementos religiosos”.
El profesor e investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México sostuvo que, para hablar de estos dos conceptos, hay que reconocer y observar que son dos fenómenos históricos.
El primero de ellos, explicó, tiene sus orígenes en la antigüedad; el otro surgió apenas en la segunda mitad del Siglo XIX. “Sin embargo, ambos caminan sobre líneas en buena medida paralelas y en algún momento convergentes, que se tocan de manera frecuente porque responden a los modelos de gestión política que han terminado por equipararse”, puntualizó.
Durante su intervención, el académico realizó un recorrido por las diferentes concepciones de laicidad con relación a la democracia, en las que “podemos encontrar concepciones y prácticas de laicidad ligadas al desarrollo de formas democráticas respetuosas de la libertad, derechos humanos, pluralidad, diversidad, tolerancia, pero también concepciones y prácticas autoritarias, discriminatorias que se asumen como laicas”, apuntó.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel III advirtió que “en este proceso de transición, donde cada vez más tenemos gobiernos legitimados por la soberanía popular, también podemos ver gobiernos que retroceden y buscan formas de legitimidad religiosa o buscan de alguna manera sacralizar su propio poder y regresan a formas de legitimidad que minan, por lo tanto, la fuente de legitimidad democrática moderna de cualquier régimen”.
La laicidad debe ser democrática y la democracia debe ser laica
El doctor por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), en París, Francia, aclaró que “la laicidad no es contraria a la religión, sino que sucede más bien al revés, es decir, que históricamente sólo hay libertad religiosa allí donde hay un Estado laico”.
Finalmente, el también fundador del Centro de Estudios de las Religiones en México (CEREM) enfatizó que “si queremos construir sociedades con más derechos y más libertades, me parece que debemos abogar por una laicidad y una democracia lo más plenas posibles, sin exclusiones, de acuerdo a una trayectoria histórica, con decisiones y posibilidades de cada sociedad, por una convergencia entre ambas que signifique que la gente tiene más posibilidades de vivir su vida como su conciencia y sus creencias personales le dicten”.
En ese sentido, concluyó, “la laicidad debe ser democrática y la democracia debe ser laica”.
Fundamental conocer la evolución del Estado laico en los tiempos que corren
En tiempos en que las democracias del mundo son asediadas por la polarización, tentaciones dogmáticas que buscan imponer visiones únicas o narrativas creacionistas, resulta fundamental conocer la evolución del Estado laico, aseguró el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello.
Al presentar la Conferencia Magistral de Roberto Blancarte destacó la importancia de la laicidad, así como la separación entre Iglesia y Estado para la consolidación del futuro de la democracia.
“Si algo debe caracterizar al Estado laico es la prevalencia del pensamiento científico sobre el pensamiento dogmático, de la evidencia y la información constatable sobre la fe, sobre la verdad en el diseño e instrumentación de políticas públicas, así como la separación en los asuntos de gobierno en los temas de la iglesia”, abundó.
Córdova Vianello afirmó que la democracia y la laicidad son parte de una ecuación indisoluble en la que se funda esta gran conquista de la modernidad que es la democracia, por lo que consideró que la Conferencia del doctor Blancarte fortalecerá la defensa que desde el INE se mantiene por la democracia.
El Consejero Presidente refirió que, con la participación del académico de El Colegio de México, las Conferencias Magistrales Estacionales que organiza la institución llegan a su edición número 18 con el objetivo de difundir temas relacionados con la democracia, cultura política, educación cívica y participación ciudadana.
Señaló que, desde el inicio del proyecto en 2017, se ha contado con la presencia de muchas personalidades que han abordado una gran variedad de temas de interés para la ciudadanía, lo que permitió transformarlas en libros impresos de divulgación.
Con el inicio de la pandemia, agregó, las conferencias cambiaron a un formato virtual que permitieron ampliar el público que tiene acceso a conferencistas como José Ramón Cossío, Jacqueline Peschard, Ana Laura Magaloni, la periodista Marta Peirano o el historiador Javier Garciadiego.
La historia del Estado laico es también la historia de la reivindicación de derechos
Al comentar la Conferencia Magistral, el Consejero José Roberto Ruiz afirmó que la historia del Estado laico es la historia de la reivindicación de derechos para la ciudadanía a la que se le ido garantizando la libertad religiosa, de imprenta, de reunión y hasta de expresión.
En este sentido, consideró que la evolución de la laicidad permite el surgimiento de un concepto que se impone que es el de los derechos, en donde la Constitución se coloca como su gran garante.
Ruiz Saldaña añadió que la laicidad abre el camino para hablar del Estado Constitucional de Derecho y la función de salvaguardar el pacto que hay entre los asociados, Constitución y ciudadanía.
Ante este panorama el Consejero explicó que la democracia y la laicidad comparten valores como la tolerancia, la pluralidad y la no discriminación, por lo que cuestionó si los ataques a la democracia minan la laicidad.