Dr. Guadalupe Estrada R.

Inteligencia Artificial y Justicia.

Por: Dr. José Guadalupe Estrada.

En los tiempos que corren, todo es Inteligencia Artificial: quiere usted saber una buena receta de cocina para los nopales, allí está la IA lista para darle un buen proceso de cocina y prepare ese manjar de pobres y enfermos, estos últimos pueden ser jodidos o no, quiere usted saber cuál es el mejor tratamiento médico para los males del cuerpo y los del alma esquizofrénica, allí encontrará una respuesta basada en las últimas investigaciones biomédicas de los centros del saber de la escuela de medicina de Harvard, requiere usted conocer el porqué Livia Drusila o Julia Domna fueron mujeres realmente extraordinarias en el imperio más grande y duradero de que se tenga memoria, y no como ahora algunas féminas empoderadas que no llegan ni a lavanderas de vecindad y son encumbradas como Ministras de Cortes Supremas, pues adivinó, cuestione a la IA y se sorprenderá de la exactitud antológica de los algoritmos computacionales.

En eso estaba, cuando decidí preguntarle a esas artificiales lumbreras si era buena idea que los impartidores de justicia, quiero decir, jueces, magistrados, ministros, etcétera, de todos los grados y latitudes fueran elegidos por el voto popular de las masas desarrapadas e ignorantes de los temas de la justicia, digo esto último como presunción juris tantum, como dicen los jurisconsultos, es decir, como verdades salvo prueba en contrario, y esto me contestaron, literalmente y entrecomillado, traspaso lo que me dijeron:

“Elegir jueces por votación popular puede ser problemático por varias razones:

Politización del Poder Judicial: Los jueces electos pueden sentirse presionados a tomar decisiones basadas en la opinión pública o en las plataformas políticas para asegurar su reelección, en lugar de basarse únicamente en la ley y en los hechos del caso. Esto puede comprometer la independencia judicial.

Falta de Experiencia y Conocimiento Jurídico: El público en general puede no tener el conocimiento necesario para evaluar la competencia técnica y la idoneidad de los candidatos judiciales, lo que podría llevar a la elección de jueces menos calificados.

Influencia del Dinero y la Publicidad: Las campañas electorales requieren financiación, lo que podría hacer a los jueces dependientes de donaciones y apoyo de grupos de interés. Esto podría influir en su imparcialidad y crear conflictos de interés.

Decisiones Populistas: Los jueces electos podrían tomar decisiones que sean populares entre los votantes, pero no necesariamente correctas desde un punto de vista legal. Esto puede socavar la calidad de la justicia.

Corto Plazo y Volatilidad: Los jueces podrían estar más enfocados en obtener o mantener su puesto a corto plazo en lugar de construir una carrera judicial basada en un compromiso a largo plazo con la jurisprudencia y el derecho. Esto podría llevar a una falta de coherencia en las decisiones judiciales a lo largo del tiempo.”

Reitero, ideas estas que son propias, pues mis tres neuronas útiles no me dan para tan elevadas entendederas. Entonces, juzgue usted, querido lector, por lo que vemos, estos programas informáticos y máquinas cibernéticas ya nos superaron hasta en temas de la ley y la justicia, ¿o no?

 

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