Instituto 3E

En educación, todo es primero, menos el alumno.

Únicamente aquellas personas quienes hemos estado frente a un grupo o trabajando con alumnos de educación básica conocemos cuál es la realidad de dicha labor, así como sus retos y complicaciones.

Imagina que tienes 30 flores en tu jardín, y todas y cada una de ellas debe de crecer para ser la flor más grande y hermosa, debes cuidarla, regarla, nutrirla, ponerle abono, etc.

Pero también debes de prevenir las plagas, la sequía o la lluvia excesiva para que esta no se ahogue, y muchos factores más que podrían estropear tu gran proyecto.

Pues en educación pasa algo similar, como docente, tu prioridad y tu mayor reto es que cada uno de tus alumnos aprendan y se formen de la mejor manera para poder alcanzar su estado más óptimo, más perfecto.

Ahora, hagamos a un lado todos los problemas que pueda llegar a tener un alumno en su casa o su vida personal que puedan afectar en su desempeño académico y personal dentro del aula de clase, vamos a enfocarnos en el calendario escolar.

Un calendario escolar, que en teoría, debería de tener 190 días de clase al año escolar para educación básica; pero si contamos los consejos técnicos, descargas administrativas, semanas de capacitación, festivales, aplicación de exámenes, que muchas de las escuelas del país deben de suspender clases por falta de agua, permisos económicos o de cualquier índole por parte del docente, los torneos magisteriales, y los horarios reducidos, realmente, ¿Cuántos días tiene clase un alumno? ¿Cuántas horas de clase tiene un alumno en realidad? ¿Cuántas horas efectivas de clase tiene un alumno?

Se habla mucho de políticas educativas, modelos pedagógicos, semanas de capacitación, consejos técnicos, pero, ¿Todo esto beneficia al alumno? En muchas ocasiones no, es contraproducente como muchas políticas y leyes educativas que buscan el beneficio del educando lo terminan perjudicando por temas burocráticos y papeleo.

Ya ni siquiera hablemos de la falta de infraestructura dentro de las escuelas, materiales didácticos físicos y digitales, la falta de participación por parte de los padres de familia en el desarrollo educativo de su hijo/a, la falta de presupuestos y muchas cosas más, porque en educación, todo es primero, menos el alumno.

 

Mtro Victor Alfonso Silva Reyes