Gobierno del Estado

Impulsa SEDIF la charrería como actividad emocional y formativa para niñas y niños de Casa Cuna «Placido Domingo»

▪️Buscan demostrar cómo la charrería puede ser una fuente de apoyo emocional
▪️Niñas y niños demuestran avances significativos en su comportamiento, sus habilidades sociales y su bienestar emocional

Zacatecas, Zac.- En un esfuerzo por brindar apoyo emocional y educativo a niños y niñas de la Casa Cuna «Plácido Domingo», el Gobierno de Zacatecas, que encabeza el mandatario estatal David Monreal Ávila, implementó un proyecto para la práctica de la charrería, que, además de conocer este deporte nacional, les ofrece herramientas para su desarrollo personal.

El proyecto nació por iniciativa de la Presidenta Honorífica del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), Sara Hernández de Monreal, de demostrar cómo la charrería puede ser una fuente de apoyo emocional, brindando a los niños y niñas una nueva forma de expresión, disciplina y convivencia, una propuesta que comenzó con un caballito de palo, con el fin de fomentar la coordinación, la memoria y el interés por el cuidado del equino.

La experiencia busca enseñarles a respetar reglas y tomar responsabilidades, algo que, al principio, resultó complicado, debido a la falta de hábitos de disciplina; sin embargo, pronto la iniciativa dio un paso importante con la llegada de un caballo real, al que llamaron Jalisco, un noble animal con el que las y los niños tuvieron la oportunidad de aprender más sobre el cuidado de los animales, su alimentación, limpieza y demás tareas relacionadas con ellos.

Jalisco no sólo se convirtió en un amigo cercano a las y los niños, sino en un medio para enseñarles valores como la confianza, el respeto y la responsabilidad.

El vínculo con Jalisco fortaleció la seguridad de las y los niños, quienes poco a poco comenzaron a familiarizarse con el mundo de la charrería, un deporte tradicionalmente vinculado a la identidad mexicana cultural, donde, a través de juegos y actividades, las y los infantes no sólo adquirieron confianza en sí mismos, sino también las habilidades fundamentales de la charrería: florear, lazar, colear, trotar y galopar.

“Este proyecto ha tenido resultados sorprendentes. Los niños no sólo han aprendido sobre la historia de nuestra identidad mexicana, a través de la charrería, sino que también han desarrollado una sólida conexión emocional con el deporte y con el mundo del campo”, señaló Brianda Bañuelos Romo, directora de la casa asistencial.

El impacto ha sido notable, ya que las y los niños han demostrado avances significativos en su comportamiento, sus habilidades sociales y su bienestar emocional. Además, este proyecto les ha permitido sentirse parte de una tradición que honra la historia y el espíritu mexicano, todo mientras fortalecen sus habilidades físicas y emocionales.

La charrería, más que una actividad recreativa, se ha convertido en un estilo de vida que favorece el crecimiento integral de las y los niños, ayudándoles a encontrar un equilibrio emocional y social que les permitirá enfrentar de mejor manera sus desafíos cotidianos.

Este proyecto sigue creciendo y mostrando que la charrería, más allá de ser un deporte, es una herramienta poderosa para la formación de valores y el bienestar emocional de los más pequeños.

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