Incertidumbre y aislamiento en el sur de Zacatecas ante la violencia que golpea al estado
Cañón de Juchipila .— La ola de violencia y bloqueos carreteros que en los últimos días ha paralizado diversas regiones del estado ha profundizado la sensación de incertidumbre y aislamiento que se vive en el sur zacatecano, una zona que, pese a su vocación de paz y trabajo, comienza a resentir con fuerza los efectos de la inseguridad.
Mientras en municipios como Calera, Villanueva, Fresnillo, Cuauhtémoc, Río Grande, Sombrerete, Jerez, Enrique Estrada y Pánfilo Natera se reportaron bloqueos, incendios de vehículos y cierres en las principales carreteras federales —las 45, 49 y 54—, en el Cañón de Juchipila el ambiente es de preocupación y desconfianza. Los habitantes reconocen que cada vez es más difícil viajar por los tramos Tabasco–Villanueva y Moyahua–límites con Jalisco, considerados por muchos como zonas desoladas y de riesgo.
En un sondeo realizado entre pobladores de Tabasco, Jalpa y Juchipila, la percepción es clara: la inseguridad está afectando la vida cotidiana y la economía local. Comerciantes, prestadores de servicios y trabajadores del sector turístico coinciden en que el flujo de visitantes ha disminuido notablemente, sobre todo de personas provenientes de Aguascalientes, quienes históricamente representaban un importante impulso económico para la región.
“Antes, los fines de semana se veía mucha gente de Aguascalientes que venía a los balnearios, a comer o a comprar fruta. Ahora son contados los que se animan a venir”, lamenta un comerciante de Jalpa.
La situación ha derivado no solo en pérdidas económicas sino también en un clima de desánimo. Muchos habitantes sienten que el sur del estado está quedando rezagado, sin una respuesta clara de las autoridades frente a los hechos de violencia que siguen ocurriendo en distintos puntos del territorio zacatecano.
Los recientes bloqueos —que incluyeron la quema de camiones, el uso de ponchallantas y el cierre total de carreteras— fueron un recordatorio del grado de vulnerabilidad que persiste en la entidad. Aunque la Guardia Nacional y corporaciones estatales mantienen presencia en las vías, los pobladores consideran insuficientes las acciones de contención y prevención.
En voz de los propios habitantes, la principal exigencia es recuperar la tranquilidad y la movilidad en las carreteras que conectan la región con el resto del estado y con los vecinos Aguascalientes y Jalisco. “Queremos volver a sentirnos seguros para viajar, trabajar y recibir a la gente como antes”, expresan con esperanza, pero también con la incertidumbre de no saber cuándo volverá la calma.




