Normalización de la violencia.
Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.
México, un país conocido en el extranjero por su rica cultura, playas, hermosos paisajes y hasta vibrante sociedad, enfrenta un problema crónico que ha penetrado profundamente en su tejido social: la normalización de la violencia. La violencia se ha vuelto una parte lamentablemente común de la vida cotidiana en muchas regiones, como decir, hoy salió el sol, y esto plantea preguntas críticas sobre la seguridad y el bienestar de su población.
Esta regularización, obvia decirlo, es un fenómeno complejo y multifacético. Desde enfrentamientos entre cárteles de la droga hasta la violencia doméstica, la sociedad mexicana se ha visto sometida a una amplia gama de actos violatorios que, con el tiempo, han comenzado a ser aceptados como parte de la rutina diaria.
La indeseable normalización ha tenido un impacto devastador en el acontecer cotidiano. Las personas viven con miedo constante, y las tasas de traumatismo psicológico son alarmantemente altas, sólo por mencionar algunos negativos.
Podríamos escribir, para salir del paso sólamente, que México necesita una estrategia integral que incluya reformas en el sistema de justicia, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad y una inversión significativa en educación y programas de prevención de la violencia. La sociedad en su conjunto también debe asumir la responsabilidad de cambiar la percepción de la violencia como algo normal. Pero esto ya suena hueco, todos los días se dice, todos los días se platica, lo cacaraquean a diario los candidatos eternos a puestos de elección popular, esos que, cual viles chapulines, van de cargo en cargo, prometiendo y prometiendo generalidades de ideas o de estrategias relacionadas con esta perorata que, todos sabemos, nunca van a cumplir ni siquiera en la peor de sus realidades. Postulantes inveterados a todos los puestos y a todas las posibilidades, lo importante es llegar, no quedarse fuera del presupuesto, porque vivir allá externo a ello es vivir en el error, como dijera un otrora conotadísimo de estas lides. En fin, esa cantaleta también ya la conocemos, resolutores de nada que jamás van ni siquiera a sacar la burra de un maizal dice el popular dicho.
La normalización de la violencia en México es un desafío grave que requiere un esfuerzo concertado de parte de todos los sectores de la sociedad. Es esencial reconocer que la violencia no debe ser una parte aceptable de la vida cotidiana y trabajar juntos para restaurar la paz y la seguridad en este hermoso país.
Discursos y más dicursos relacionados escucharemos en los días por venir. La resignación de los jodidos: aquí nos tocó vivir, etcétera.
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