Borrachos
Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.
Ahora, y con motivo de las festividades navideñas y de año nuevo que se avecinan, viene al caso traer a colación y mencionar un libro recién publicado al español. Se trata de “Drunk” (traducido como “Borrachos”), del autor norteamericano Edward Slingerland.
Y precisamente son estos tiempos lo más propicios para olvidarnos y dejar de lado la sarta de injurias e impropieros que colaboración tras colaboración, según se nos ha reprochado en algunos correos electrónicos anónimos, proferimos a nuestra finísima clase política nacional y, a veces, también mundial. Es tiempo de olvidarnos por ahora de ellos, tratar de gozar en familia los días y noches que vienen y olvidarnos de falsos profetas y más aún, fingidos, fraudulentos y artificiales hombres y mujeres, ahora sí por igual, miembros de ese distinguidísimo estamento público – administrativo que, desde tiempos inmemoriables, tiene a esta nación jodida hasta los cimientos.
Volviendo a nuestro tema, el autor plantea como su tesis o argumento central que, emborracharse, “elevarse” con alguna droga o simplemente alterar su estado mental de manera artificial, debe haber sido una causa evolutiva muy importante que permitó a los individuos de nuestra especie, homo sapiens, sobrevivir y florecer, y a nuestra actual civilización perdurar y expandirse, siendo que, existen muchísimas razones evolutivas de porqué a nuestra clase de simios le gusta tomar y ponerse ebria.
La peda, dicho de manera más coloquial, no es un error evolutivo del cual los humanos actualmente nos podamos quejar, más bien nos ha ayudado a resolver una cantidad importante de problemas o retos, como son: aumentar la creatividad, reducir el estrés y la ansiedad, construir confianza con extraños a nuestra tribu, y, con ello, colaborar con los miembros de otras culturas alrededor del mundo, facilitar el contacto social, crear identidad grupal, y reforzar los roles sociales y jerárquicos. Sin el consumo de alcohol, esto no hubiese sido posible, pues este intoxicante neuronal ha permitido a los primeros cazadores – recolectores construir y organizar los primeros asentamientos, es decir, pasar de una vida nómada a una sedentaria. Quizá nuestra actual civilización no existiría o existiría de un modo totalmente diferente. Inclusive el autor en cuestión juega con la idea de que, la fermentación alcohólica de granos, fue el origen de la agricultura, y no ésta en sí misma como medio para subsistir.
Por ello no es casualidad que en la actualidad 2.4 billones de personas alrededor del mundo sean consumidores habituales de alcohol en alguna de sus formas comercializadas (cerveza, licores, vinos, etcétera).
En fin, la novedad de la tesis en este libro es que pone en el centro de la discusión académica la utilidad evolutiva, histórica, cultural y genética que ha tenido el consumo del alcohol en nuestra humanidad andante y decadente, y no de ahora, sino desde que comenzamos a reunirnos y convivir de manera permanente en aldeas de más de veinte sujetos.
Pero también hay que enfatizar que la invitación es a, siempre gozar de los efectos placenteros de las bebidas embriagantes con absoluta moderación y cautela, tomando no más de una (para las mujeres) o dos (para los hombres) bebidas por día, y más ahora, como ya anotamos, que se acercan los festejos de fin de un año del suyo ingrato y horrible. Salud.
Correo Electrónico:
estradagp@hotmail.com