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De la Cámara a la Perla del Cañón: Datos del Gobierno, parte 2

La semana pasada comenzamos a platicar acerca de los datos que han acompañado la primera mitad y un poco más del sexenio del Gobierno Federal y los meses transcurridos desde la renovación del gobierno estatal.

Las cifras están lejos de ser buenas y tocando los temas de seguridad y precios de la canasta básica y los servicios, explicábamos cómo es que en los últimos tres años Zacatecas pasó a convertirse actualmente en el estado más peligroso del país, en tanto que, si ya se dio cuenta, los precios siguen por las nubes, esta semana la gasolina alcanzó en algunos lugares los $25 pesos por litro.

Pero estos no son los únicos datos, y antes de continuar, es importante decir que no nos vamos a dedicar solo a quejarnos, en este arranque de año es importante hacer un balance acerca de cómo vamos con estos gobiernos, pero en próximas semanas, ya de regreso al trabajo a la Cámara de Diputados realizaremos una serie de acciones en beneficio.

Volviendo a las cifras, los temas anteriores no son los únicos que no agradan a la sociedad zacatecana, pues otro de los grandes descalabros es el que se ha dado a la clase trabajadora, principalmente a los de Gobierno y docencia, dos de los sectores más numerosos en cuanto a población económicamente activa de nuestra entidad.

Esta semana hablaremos de los trabajadores del Gobierno, y es que con la llegada del 2022, llegó también el plazo en el que el Gobierno del Estado planteó hacer una reducción del 25% de la nómina, bajo el argumento de la “austeridad republicana”.

Recordemos que esto ha sido más una especie de permiso con el cual el Gobierno Federal se autoriza cometer una serie de movimientos y recortes cuestionables, aminorando el impacto negativo y las consecuencias justificando que todo se trata de un acto de “austeridad republicana”.

Hoy, el Gobierno del Estado al igual que varios otros gobiernos locales, replican las frases que le han funcionado al Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero sin que tengan el mismo eco, pues no solamente cada entidad federativa se encuentra en una situación completamente diversa a otra, sino que la popularidad no es la misma.

Y es por eso, que los funcionarios, que antes que nada son seres humanos, que tienen necesidades y familias a las cuales llevar sustento, no ven para nada con agrado los lineamientos redactados por el gobierno estatal, y publicados en el Periódico Oficial el pasado 27 de octubre del 2021, en donde se anuncia el despido de mil 500 trabajadores del estado.

Y todavía es menos agradable la estrategia prevista por la autoridad en la cual no solamente quedarán desempleados, sino que además se pretende no dar cumplimiento a sus prestaciones de Ley para casos de destitución.

Esto nos remonta a las prácticas que también han formado parte del Gobierno Federal desde el inicio del sexenio, donde desde los primeros meses comenzaron los despidos masivos.

En los primeros 90 días de la administración de Morena sumaban ya 10 mil 585 despidos y se espera que al termino del sexenio se contabilicen 28 mil 844 de estos, y todo, repito, bajo el argumento de la “austeridad republicana”.

¿Por qué insisto tanto en no creer en la austeridad de este gobierno? Pues porque si bien, es la estrategia mediática que les valió el ganar las elecciones y mantener la popularidad, a nivel nacional, cierto es que no existe tal, y no lo digo yo, sino los propios datos duros del Gobierno.

Si hubiese austeridad, habría ahorro, si hubiese ahorro, habría más obra pública, habría más medicinas y no existiría la necesidad de contratar deuda.

Pero por el contrario, no hay más que tres obras de infraestructura en este gobierno: el tren maya, el aeropuerto, la refinería y párenle de contar. Sabemos que existe desabasto de medicamentos y la deuda ha crecido en al menos 1.8 billones de pesos más que con Enrique Peña Nieto.

Así que resta pensar, ¿Gobierno de austeridad o Gobierno del despido y del desempleo?