¡Primero yo y siempre yo!
Cuenta la anécdota que una persona mexicana le reprocha a un español sobre el hecho que sus antepasados conquistaron este territorio mexicano causando toda la barbarie que se les adjudica y negando así la participación de los pueblos originarios en contra de sus contemporáneos, a lo que el peninsular le responde “¿mis antepasados? Los tuyos, mis antepasados se quedaron aquí y por eso yo, mis padres, mis abuelos etc. nacimos aquí”.
Hoy hay palabras talismanicas, casi mágicas que todo lo hacen políticamente correcto o en su defecto incorrecto de pronunciar, generado un prejuicio hacia el hablante por parte del que escucha; palabras como fobia, que te hace como un tipo de inadaptado por comentar tu pensar sobre las personas de identidad no binaria y ejercer su derecho de expresión los que creen que solo existe dos géneros hombre y mujer, causa ser condenado de homofóbico que puede alcanzar el grado de delito en esta sociedad tan confusa en la que hemos llegado donde un sicario anda suelto y en casos es absuelto tanto penal como socialmente, pero un homofóbico es demandado y si no legalmente, socialmente si se le condena y reprime por no estar a la moda del lenguaje inclusivo y no poder defender sus valores y la manera en que comprende el mundo según la gramática que aprendió en primaria.
En los setentas Antonio Aguilar ya cantaba lo siguiente:
¡Ay, mis amigos!
Nunca hay que presumir de lo que uno no es
Ranchero, ranchero
Capitalino, capitalino
Ratero, ratero
Pero siempre ser sincero.
Invitando con lo anterior que cada persona fuera sincera consigo misma y a la vez fuera respetada por lo demás como se identificara, ¿entonces? como es que la moda del lenguaje inclusivo y las demandas tan intensas de defender los derechos de unos a consta de violentar las libertades de otros, ¿dónde este punto medio de la sana convivencia?
Lo primero que hay que entender es que la discriminación inicia con la diferenciación, caer en la narrativa oficial que existen dos bandos: de buenos y malos, liberales y conservadores, pueblo y potentados, etc. Aunado al grado de barbarie que se permite, se tolera, se padece y hasta todos le hacemos apología de la violencia del crimen organizado solo nos radicaliza como ciudadanos generado divisionismo haciendo realidad aquello de: “divide y vencerás”.
Todos somos mexicanos y por lo tal tenemos los mismos derechos y obligaciones y caminar hacia un estado de derecho, libertad y conciencia social es lo que nos llevara a una evolución social, política, económica y ecológica.
Víctor Manuel Silva Galaviz. direccion@instituto3e.org