No prenden las Campañas, faltan los candidatos a las presidencias municipales.
De Política y mentidero.
Por el Lic. José Juan Llamas S.
«La espera de la chispa electoral: ¿Dónde está la verdadera llama democrática?»
En medio de un paisaje político que promete, pero aún no enciende, nos encontramos a 22 días de que los abanderados al senado de la república y las diputaciones federales recorren incansablemente pueblos y comunidades. Sin embargo, las campañas parecen estar atrapadas en un estado de letargo, sin alcanzar el nivel de intensidad que esperaríamos en esta etapa crucial del proceso electoral.
Es cierto que falta poco para que se integren los candidatos a las presidencias municipales y los candidatos a diputados locales. Este acontecimiento, sin duda, debería ser el detonante necesario para que las campañas prendan con fuerza. La proximidad del 1 de abril nos recuerda que pronto se añadirá el chile al mole, y es entonces cuando esperamos que las campañas adquieran ese sabor característico que las distingue.
No podemos ignorar la relevancia de estos comicios. En las elecciones de México de 2024, se elegirá al presidente de la República, 128 senadurías, 500 diputaciones federales, 8 gubernaturas, 1 jefatura de gobierno, 31 congresos locales y 1580 ayuntamientos distribuidos en 16 alcaldías y 24 Juntas municipales. Solo en Zacatecas, son 58 ayuntamientos en juego. Estamos ante una cita con la democracia en su máxima expresión.
Es fundamental recordar que tanto las elecciones federales como las locales representan un pilar fundamental de nuestra democracia. Son el momento en que los ciudadanos ejercen su derecho al voto y deciden el rumbo de su país, de sus estados y de sus municipios. Por lo tanto, es imperativo que las campañas se desarrollen con respeto, transparencia y propuestas claras que contribuyan al bienestar de la sociedad.
Sin embargo, hasta el momento, la falta de dinamismo y la ausencia de debate sustancial nos dejan con la sensación de que estamos ante un proceso electoral que aún no ha despertado por completo. La verdadera esencia democrática no radica solo en la cantidad de candidatos o en la duración de las campañas, sino en la calidad del diálogo político y en la capacidad de ofrecer soluciones reales a los problemas que aquejan a la sociedad.
Por lo tanto, es hora de que los contendientes asuman la responsabilidad que les corresponde y pongan en marcha una verdadera contienda electoral, basada en ideas, propuestas y un genuino compromiso con el bienestar común. Las presidencias municipales, lejos de ser un simple complemento, son el corazón mismo de la democracia local, y su elección debería ser el motor que impulse el fervor cívico en estas elecciones.
En conclusión, la espera de la chispa electoral nos hace reflexionar sobre el verdadero significado de la democracia y la importancia de ejercerla con responsabilidad y respeto. El reto está planteado, y es responsabilidad de todos nosotros, como ciudadanos, exigir un proceso electoral digno y transparente que refleje nuestras verdaderas aspiraciones como sociedad.