El respeto irrestricto de la ley por los Funcionarios Públicos.
Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.
A los que colaboramos en medios de comunicación importantes en el entorno nacional y local (como es el caso del autor de estas peroratas), nos rige una norma no escrita en el sentido de que no hay que despotricar en contra de alguien en asuntos personales, salvo casos extremos y justificados. Cumpliremos a cabalidad tal directriz, y para ello sólo daremos generalidades del entuerto en cuestión sin señalar ni imputar particularidades, para así no ofender indeseabilidades andantes. Va pues.
Los funcionarios públicos tienen la responsabilidad de ser los primeros en respetar las leyes por varias razones fundamentales:
1. Autoridad Moral y Ejemplo. Los funcionarios públicos representan al gobierno y a las instituciones del Estado. Si ellos no respetan las leyes, envían el mensaje de que las normas no son importantes ni vinculantes. Esto socava la confianza ciudadana en el sistema legal y en el Estado de derecho. Al cumplir con las leyes, los funcionarios establecen un estándar de conducta para la ciudadanía, demostrando que las normas son para todos, sin excepciones.
2. Legitimidad del Estado de Derecho. El Estado de derecho se basa en que todos los ciudadanos, incluidos los gobernantes, están sujetos a las mismas leyes. Cuando los funcionarios las incumplen, erosionan la legitimidad del sistema legal y fomentan la impunidad. Su respeto por las leyes refuerza la idea de igualdad ante la ley y fortalece las instituciones democráticas.
3. Confianza Pública. Los ciudadanos necesitan confiar en que los funcionarios actúan en beneficio del interés público y no por intereses personales. Cumplir las leyes refuerza esa confianza y evita el cinismo o la desafección política.
4. Prevención de la Corrupción. Cuando los funcionarios respetan las leyes, es menos probable que se involucren en actos corruptos o abusos de poder. Por el contrario, si ellos violan las leyes, legitiman prácticas corruptas o arbitrarias en toda la sociedad.
Un ejemplo claro es el caso de los líderes escandinavos, como el primer ministro de Noruega o Suecia, que son conocidos por cumplir estrictamente las leyes incluso en detalles cotidianos. Por ejemplo, el caso de un político noruego que renunció tras usar indebidamente una tarjeta pública de crédito para fines personales. Aunque el monto era pequeño, asumió su responsabilidad porque entendió la importancia de ser un ejemplo de integridad.
En contraste, en países donde los funcionarios incumplen las leyes abiertamente, se observa un aumento de corrupción, desconfianza ciudadana y debilitamiento de las instituciones democráticas.
No pude evitar que viniera a mis tres atrofiadas neuronas encargadas de la memoria una de las tantas frases entonadas en el éxtasis etílico por Paquita La del Barrio, que cada quién imaginará según su particular historia. Es cuanto.
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