Los tamales, el platillo de la Candelaria que nunca falta, aunque este año perdió brillo ante el puente del 5 de febrero
Cañón de Juchipila.- Este 2 de febrero se celebró el Día de la Candelaria, una fecha marcada por la tradición en la que los tamales son los protagonistas de la mesa mexicana. Sin embargo, este 2025, la festividad pareció quedar opacada por el puente del 5 de febrero, que acaparó la atención de muchos, quienes prefirieron enfocarse en los días de descanso.
A pesar de ello, la tradición de compartir tamales no se perdió. En un sondeo realizado entre una decena de habitantes de Jalpa, la mayoría reconoció conocer el significado de este día y la relación que tiene con la partida de la Rosca de Reyes el 6 de enero. “Es un compromiso que se adquiere al partir la rosca; si te sale el niño Dios, te toca pagar los tamales”, explicó doña Lupita, vecina del centro del municipio.
El tamal: un platillo ancestral que sigue vigente
El tamal es uno de los platillos más antiguos de la gastronomía mexicana. Su origen se remonta a las civilizaciones prehispánicas, donde los mexicas, mayas y olmecas ya preparaban este alimento a base de maíz. Para ellos, el maíz era sagrado y representaba la base de la vida, por lo que los tamales eran parte fundamental de ceremonias y ofrendas.
Con la llegada de los españoles, la receta se enriqueció con nuevos ingredientes, dando lugar a las múltiples variedades que hoy conocemos. Actualmente, los tamales se preparan de distintas formas según la región: en hojas de maíz, con rellenos de carne de puerco en salsa roja o verde, queso con rajas, dulces de fresa o piña, e incluso opciones más innovadoras como tamales de chocolate o de elote tierno.
La Candelaria: entre lo religioso y lo gastronómico
El Día de la Candelaria tiene raíces religiosas, pues marca la presentación del Niño Jesús en el templo y la purificación de la Virgen María. En México, la tradición dicta que quienes encontraron la figura del Niño en la rosca deben invitar los tamales el 2 de febrero, un gesto que representa compartir y agradecer.
Pese a que este año la festividad no tuvo el mismo auge debido a la cercanía del puente del 5 de febrero, muchas familias no dejaron pasar la oportunidad de reunirse y disfrutar de este manjar tradicional. “En mi casa no fallaron los tamales, aunque esta vez fue más familiar. Muchos están más preocupados por los días de descanso”, mencionó don José, comerciante del mercado.
Así, aunque la celebración de la Candelaria no brilló con la misma intensidad este año, los tamales demostraron una vez más que son un platillo indispensable en la mesa mexicana. Independientemente de los cambios en el calendario, su aroma, sabor y significado seguirán siendo parte de la identidad cultural del país.