Regresamos a la prueba PISA.
México regresa a la evaluación de la prueba PISA, pues el expresidente Manuel López Obrador, durante su mandado, había cancelado la participación del país en dicha evaluación, la cual es aplicada en jóvenes de 15 años para medir el nivel de educación a nivel internacional, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En diciembre del 2023 participan 80 países que conforman la OCDE en dicha evaluación, la última evaluación realizada en nuestro país en el año 2022 no mostró resultados positivos, pues México obtuvo un promedio de 407 puntos, es decir, 71 puntos por debajo del promedio de los países que conforman la OCDE, nos encontramos como uno de los países con peor puntaje en dicha evaluación, la cual evalúa matemáticas, comprensión lectora y ciencias.
Para dimensionar lo preocupante de dichos resultados, la prueba PISA se clasifica en 5 niveles de desempeño de acuerdo al puntaje promedio obtenido por los estudiantes de cada país, México se ubicó en el nivel 1 (de 335 a 407 puntos), el cual nos dice que: los alumnos solo pueden ubicar un fragmento de información y establecer una conexión sencilla con el conocimiento cotidiano; es decir, no tienen una capacidad cognitiva desarrollada para comprender conocimientos abstractos y aplicarlos para la solución de problemas. Japón y Corea del Sur fueron los países con mejor puntaje en ese año, cada país obtuvo un puntaje promedio de 533 puntos y 524 puntos respectivamente; estamos hablando de 126 puntos de diferencia con respecto al primer lugar, lo cual debe de ser algo preocupante para quienes nos dedicamos a la docencia y a las políticas públicas, porque esto evidencia el retroceso y todas las grietas que existen en nuestro sistema educativo, y no solamente de este ciclo escolar, sino desde años atrás, probablemente se haya agravado como consecuencia de la pandemia y todo el rezago educativo que generó, pero el cual no ha sido confrontado de manera correcta y objetiva para cumplir con las demandas y necesidades de nuestros estudiantes.
Lo preocupante no solamente son los resultados presentados por la prueba, sino la poca eficiencia de las estrategias educativas durante los últimos años, las cuales parece que en lugar de solucionar estas brechas académicas las refuerzan al quitar las evaluaciones en educación básica, brindar becas a todos sin importar los promedios, quitar los exámenes de admisión para educación media superior, etc.
Estrategias que en papel parecen buenas, pero en la práctica están dañando a nuestros alumnos al generarse una cultura pasiva de no esfuerzo; como se ha dicho en este espacio, el objetivo de la educación es brindarle herramientas al alumno para su supervivencia y desarrollo en el mundo laboral; al parecer, el mundo laboral de las potencias mundiales, al menos en resultados académicos, no es alcanzable para nuestras futuras generaciones, lo que les puede generar una barrera para mejorar su calidad de vida. Tú qué opinas, ¿crees que debemos alertarnos por estos resultados o ignorarlos y continuar como hasta ahora?