Insisto.
Insisto.
Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.
La verdad la gente se ve muy tranquila, como si el vendaval que viene no les hiciera mella en sus ya de por si anodinas existencias. Se esperaba, por ejemplo, que por lo menos los colegios de abogados del país pusieran el grito en el cielo y ya estuvieran casi levantándose en armas con motivo de las modificaciones legales que se pretenden realizar a la Ley de Amparo. En fin, la pasividad y pasguatez deben ser las constantes cósmicas de por estos lares. Por ello no me queda más que gritar en las inmensas soledades del mar o arar en el desierto. La necedad a veces es necesaria, como decir: despierten, carajo.
Pregunta Socrática para joder al vecino: ¿Porqué es importante que el Juicio de Amparo en México continúe siendo un medio eficaz para la defensa de los Derechos Humanos y en contra de los abusos del poder?
El juicio de amparo es una de las instituciones jurídicas más valiosas del sistema constitucional mexicano. Su relevancia radica en que constituye el medio más eficaz para proteger a las personas frente a los actos arbitrarios del poder público y garantizar el respeto a los derechos humanos reconocidos tanto en la Constitución como en los tratados internacionales.
Desde su origen en el siglo XIX, el amparo ha tenido como finalidad proteger al individuo contra los abusos de la autoridad. Esta función adquiere aún mayor relevancia en el contexto actual, donde las decisiones de los poderes públicos pueden afectar de manera directa los derechos fundamentales de los ciudadanos. El amparo permite que cualquier persona, sin distinción, acuda ante un juez federal para exigir el cumplimiento de la ley y la defensa de su dignidad humana.
Asimismo, el juicio de amparo asegura la supremacía de la Constitución y fortalece el Estado de Derecho. A través de él, el Poder Judicial Federal puede revisar y anular actos que contravengan las normas constitucionales, evitando así que el poder político actúe de manera arbitraria o autoritaria. En este sentido, el amparo no sólo protege derechos individuales, sino que también cumple una función de control constitucional que beneficia a toda la sociedad.
Después de la reforma constitucional de 2011, el alcance del juicio de amparo se amplió para incluir la protección de los derechos humanos reconocidos en tratados internacionales. Este cambio consolidó al amparo como un instrumento moderno de justicia y equidad, alineado con los estándares internacionales de protección de los derechos fundamentales.
Por todo lo anterior, es indispensable que el juicio de amparo permanezca como un medio eficaz, accesible e independiente. Su debilitamiento significaría poner en riesgo los principios democráticos, permitir el abuso del poder y convertir a la Constitución en un documento meramente declarativo. En cambio, un amparo fuerte garantiza que la justicia prevalezca sobre la arbitrariedad y que la persona siga siendo el centro del orden jurídico mexicano.
El futuro será como litigar en la luna. No exagero.
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