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FISCALÍAS ESTATALES REBASADAS

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FISCALÍAS ESTATALES REBASADAS

En la conmoción generalizada por el hallazgo del cuerpo de la joven Debanhi Susana Escobar, desaparecida el 9 de abril, con mucho tino, algunos analistas encuentran similitudes con el caso Paulette el de la niña encontrada en su propia casa después de frenética búsqueda de varios días.

El caso Debanhi puso en evidencia la incompetencia de la fiscalía de Nuevo León con la misma contundencia que el caso Paulette a la Procuraduría del Estado de México gobernada entonces por Peña Nieto.

Existe una abismal distancia entre el nivel de eficacia de la fiscalía federal con la que muestran las fiscalías de los estados, incluyendo la de los estados ricos como son Estado de México y Nuevo León. Nos habituamos a que, en los casos complejos de competencia de los estados, se gestione que la instancia federal atraiga los casos y termine responsabilizándose del resultado, lo que ha estimulado el espíritu comodino de las instancias locales que no terminan de crecer

La ilusión de que la autonomía constitucional de ministerio público nos daría fiscalías imparciales poco a poco se desvanece, los gobernadores mangonean a sus congresos para hacer nombrar a quienes han decidido, cuando termina primero el encargo del gobernador, su sucesor tiene modo de “apretar” al fiscal mediante el regateo de recursos puesto que la aprobación de los presupuestos en los estados sigue inmersa en el “maiceo” del gobernante en turno, la corrupción en los poderes legislativos no se encapsula, se expande a los otros poderes, a los órganos constitucionales autónomos, a los ayuntamientos y por ende a la sociedad entera

La inercia del clasismo

Además de la corrupción, la impotencia programada de las fiscalías evidencia el carácter oligárquico del régimen que se niega a morir. La poderosa inercia del clasismo se instala como efecto de que tanto las víctimas como los victimarios en el terreno de la justicia son pobres en su casi totalidad, las cárceles son infiernos en la tierra, los policías de la prevención al igual que los de investigación son insuficientes, mal pagados y peor capacitados, al igual que la burocracia menor de la justicia

Los habitantes ricos de una ciudad contratan seguridad privada en sus zonas residenciales, mientras los robos domiciliarios sean pesadilla de barrios populares y los rateros procedan del mismo nivel social ¿Para qué gastar tiempo, dinero y esfuerzo en la prevención, investigación y eficaz impartición de la justicia?

Los secuestros proliferaron mucho antes de que el gobierno de Calderón pusiera a los coyotes a cuidar a las gallinas (García Luna y similares) pero no es hasta que las bandas delictivas se meten con la porción adinerada de la sociedad cuando se convierte en prioridad de seguridad pública, pero el caso más elocuente de la crónica negligencia clasista es el de los feminicidios, En el sexenio de Salinas de Gortari se registraron desapariciones de jóvenes mujeres de edad promedio entre los 15 y los 25 años  cuyos cuerpos aparecían son signos de violencia sexual, durante los años noventa siguió creciendo en forma alarmante el numero de víctimas al grado de llamar la atención de periodistas internacionales, cineastas, académicos de universidades europeas y estadunidenses, el mundo conoció más pronto que la mayoría de los mexicanos el triste episodio nacional de “las muertas de Juárez” generando una presión sobre el estado mexicano para que dejara su abulia, su desentendimiento de las víctimas pobres entre pobres, que huían de la pobreza  y encontraban empleo en las maquiladoras, las desamparadas provenían del mundo rural de diversos estados, sus familiares ignoraban su destino, no tenían voz ni quien hablara por ellas.

La impotencia programada de la justicia en los estados no se compensa trasladando “papas calientes” a la esfera federal, Al contrario, al saturarla de casos afecta su capacidad de respuesta a los desafíos de su competencia,

La historia reciente de Zacatecas es demostración del abandono local crónico, ¿Conoce un solo caso de presuntos delitos de corrupción ventilados en la prensa que generen una investigación de oficio (¿estafas legislativas, peculados, Issstezac, aviadurías, etcétera? lo que, si conoce, seguramente son denuncias “calientitas” mantenidas en congelador.

Acción desde abajo.

No es solamente el clasismo, también la actitud expectante de la ciudadanía, mientras la misma no participe permanentemente en los asuntos públicos seguirá dependiendo de servidores públicos que se valen de ese vacío para incumplir. La justicia en los estados, como la seguridad publica, serán prioridades de la clase gobernante cuando las ciudadanias activas de cada estado no les permita más clasismo y negligencia. La clase política parece agotada, reacciona ante cada crimen con condenas morales en aras de debilitar adversarios, sin propuesta ni yo signo confiable de que hacen el esfuerzo de ver más allá de la superficie. La lucha por la justicia confiable es estado por estado.