Dolor y sufrimiento, ¿Cuestión de decisión?
Para pulir el diamante hay que frotar; para perfeccionar el hombre hay que padecer.
Proverbio chino
Estas palabras dolor y sufrimiento cobran mayor relevancia a la luz de la religión o la educación, donde se muestra una forma específica de verlos sin embargo se puede considerar una diferencia entre el dolor y el sufrimiento. Últimamente por los tiempos que nos ha tocado vivir también puede ser que hayamos tenido la disyuntiva de no saber cuál elegir o simplemente cuál de ellos resuena más en nuestra persona.
En el caso del dolor, casi siempre los profesionales de la salud pueden hacer algo por aliviarlo, porque es real, hay una eventualidad que nos lastima y hay dolor. En el caso del sufrimiento, no tanto. Entre otras cosas, porque no siempre va acompañado de dolor físico, ni siquiera de alguna enfermedad. El sufrimiento es algo que, en mayor o menor medida, nos acompaña a todos a lo largo de nuestra vida. Y muchas veces, cuando el sufrimiento o el dolor son inevitables, el ser humano se ve empujado a buscarle un sentido, en el ámbito de una religión o en cualquier otro y esta necesidad de encontrar algún sentimiento a la adversidad se incluye en la esfera espiritual del hombre.
El dolor tiene sentido muchas veces por ejemplo el dolor del parto, es un dolor que da vida, así mismo se puede comprender con sentido el dolor provocado por el cansancio de un alpinista o un corredor, las heridas de bala de un soldado, puesto que persiguen una meta que es el sentido, incluso esta mentalidad puede llegar a motivar a los receptores de dolor para percibir menos dolor al grado de no requerir anestesia en un procedimiento quirúrgico, por ejemplo. La causa del sufrimiento, sin embargo, quizás no lo comprendamos del todo, tiene que ver con los pensamientos o las creencias.
Generalmente ambos, dolor y sufrimiento, se asocian. El sufrimiento generalmente surge por factores externos como violencia, pobreza, desempleo, divorcio, pérdida de seres queridos, aunque es cierto que la aflicción es experimentada de manera interna, a manera de dolor físico.
En este sentido el sufrimiento tiene una dimensión holística o integral, porque alguien que es diagnosticada por una enfermedad, por ejemplo, se piensa a sí misma como vulnerable, fragilizada, con limitaciones y eso tiene repercusión en los síntomas para que lleguen a agravarse en cambio cuando cambia de actitud como dice Víctor Frankl le haya un sentido en lugar de cuestionarse el por qué se pregunta por el para qué; está demostrado científicamente que mejoran los síntomas o al menos los pensamientos en torno a lo que acontece. Entonces es importante para evitar el sufrimiento inútil muchas veces cambiar de actitud.
Puesto que el sufrimiento depende no tanto de lo que se padece cuanto de nuestra imaginación, que aumenta nuestros males
Fénelon