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¿QUÉ SIGUE?

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¿QUÉ SIGUE?

Gracias a la presión ciudadana se frustró la intención de restablecer un mecanismo idóneo para que la desviación de recursos públicos en el congreso del estado de Zacatecas, las “herramientas legislativas” o “ayudas sociales” se impusieron como el mecanismo favorito para controlar legislaturas de diversas procedencias partidistas para suplir el verticalismo de la época en la que todos eran del PRI y que disparó la corrupción de forma impresionante, los cabildos que votaron en contra de la retrógrada reforma a la constitución local  demuestran que si bien que el voto a favor mostró que la corrupción no tiene fronteras partidistas, también el hartazgo contra la misma lo comparten los que militan en la totalidad del espectro partidista, quedando claro el mensaje de que la batalla contra lo podrido no es bandera exclusiva de alguna ideología partidaria, pero ¿Qué sigue?.

El poder legislativo zacatecano está herido de muerte, la incapacidad para reaccionar ante cada caso de corrupción públicamente evidenciada lo ha convertido en vistoso y caro florero de la vida institucional local, los intentos de cambiarlo desde adentro han sido infructuosos, el poder ejecutivo encuentra en los apetitos de dinero un modo de controlar, los gobernadores sin proyecto compensan su falta de argumentos con el “maiceo” descarado o disfrazado, no se atreven a confrontar posturas ante la sociedad, solo la presión ciudadana logrará que el poder legislativo sirva para lo que fue creado.

La esperanza de que sean debidamente investigados y en su caso, castigados conforme a derecho reside en la presión ciudadana para que el sistema anticorrupción, la Auditoría Superior del Estado y la Fiscalía General del Estado cumplan el deber que les corresponde en el asunto, que no triunfe una vez más la perversa estrategia de “darle tiempo al tiempo” para favorecer la impunidad que tanto carcome a Zacatecas, el vigor ascendente del periodismo desenganchado de consignas es un aliado de la persistencia ciudadana

 El reclamo social contra el desacato continuado consistente en no tener órgano de control interno será productivo si la ciudadanía vigila la política de contrataciones y despidos para ponerle fin a la crónica práctica de disponer de plazas como si no existieran leyes y reglamentos, pero un cambio de fondo, implica que desde la ciudadanía se impulse la revisión de conceptos de “viáticos y “servicios legislativos” mediante los cuales, la legislatura 63 burló la prohibición de gastar en “herramientas legislativas” y que propició empresas fantasmas proveedoras de facturas falsas de la “estafa legislativa” dada a conocer por el diputado González Romo.

LOS QUE SACAN EL TRABAJO

 Los auténticos servicios legislativos lo aportan esforzados empleados del congreso que por conducto del director jurídico José Luis Ávila o por petición directa de los diputados elaboran iniciativas de decreto, puntos de acuerdo, excitativas y discursos para tribuna, este segmento de empleados son la parte viva del congreso, su trabajo ni siquiera tiene registro pues es el diputado el que se cuelga la medallita no de concebir la idea y promover adhesiones de sus pares sino de todo el producto que leen en tribuna, a veces muy mal por cierto, los buenos improvisadores son escasos.

El área de los que elaboran los productos legislativos concentrados en el instituto de investigaciones legislativas y en la dirección de servicios jurídicos hace innecesaria la fraudulenta modalidad de servicios legislativos privados, para lo cual hay que incorporar especialistas en algunas materias y excepcionalmente, autorizar mediante mecanismos transparentes alguna asesoría súper especializada.

Los viáticos deben ser por evento, auditados, tan solo la trascendido en vales de gasolina es para encender alarmas.

Tratar como estructural la problemática del poder legislativo y como asunto de incumbencia ciudadana acaba con la ilusión de que los propios diputados o el gobernador pondrán remedio.

 La vigilancia permanente es la garantía de que no se perpetúen mecanismos ya prohibidas en la ley, pero mantenidas en la práctica como sucedió en la pasada legislatura.

 Junto con la supresión de “ayudas sociales”, la legislatura 62 prohibió, además de gastos médicos privados, las sesiones secretas y las “economías”. A pesar de eso, los acuerdos mantenidos en secreto tomados por unos cuantos, siguieron como siempre, y, siguió el amago de que repartir lo que sobre bajo el concepto de “economías” entre los demás lo que algún diputado no quisiera ejercer por motivos éticos.

 SILENCIO DELATOR

La corrupción en la administración pública seguirá creciendo e impune en la medida en que la ciudadanía no reviva al poder legislativo para que cumpla su misión de representar al pueblo.

La presión ciudadana es la que reformará la mentalidad de la clase política zacatecana, cuya mayoría sigue sin acompañar a la ciudadanía en luchas concretas en situaciones concretas.

El silencio respecto a la “estafa legislativa” los retrata.

Nos encontramos el lunes en Recreo.

@luismedinalizalde-luismedinalizalde@gmail.com