ColumnasDr. Guadalupe Estrada R.

No Estudies Derecho II.

Por: Dr. José Guadalupe Estrada.

En la última colaboración reseñábamos el libro titulado “No Estudies Derecho” (Taurus, 2023) del autor Juan Jesús Garza Onofre. Decíamos que el aludido, en la primera parte de su obra, anotaba siete interesantes razones para no estudiar esta carrera. Las cuatro primeras las abordamos en aquél entonces: 1) No estudies Derecho porque cualquiera puede ser abogado (hay más abogados que perros en la calle, 2) No estudies Derecho porque los abogados son conservadores, 3) No estudies Derecho porque los abogados son despreciables, y 4) No estudies Derecho porque tendrás que disfrazarte de abogado, cualquiera en la calle con traje obscuro y corbata se presume abogado mientras no pruebe lo contrario.

Toca, entonces, en esta entrega reseñar / comentar / transcribir / interpretar / los cuatro restantes argumentos para evitar elegir esta profesión, haciendo la misma aclaración que en la anterior, en el sentido de que no pondremos muchos entrecomillados para no despistar al lector, que las ideas son ajenas, y, cualquier falla en la transcripción o interpretación es culpa exclusiva de las despistadas inteligencias de quien esto redacta. Valga.

5) No estudies Derecho porque nadie entiende el lenguaje de los abogados. Los abogados son personas habladoras, enredadoras y parlanchinas por naturaleza. De hecho, es común escuchar decir que cuando un niño es demasiado hablador seguramente terminará  como abogado. Se identifica a los profesionales de esta carrera con alguien que no se calla, que tiene verborrea, que habla mucho, pero que no dice nada. El lenguaje jurídico se ha elaborado para complicar, engañar, cantinflear y confundir. Se utilizan palabras arcaicas, extravagantes, extrañas.

6) No estudies Derecho porque los abogados no son felices. Muchas personas son inducidas a estudiar esta carrera por lo que muchas veces ven en las series o películas de Hollywood, las cuales presentan un prototipo de profesionista exitoso, fino, elegante, inteligente, perspicaz, justiciero, seductor, etcétera… cuando la realidad… vaya, es otra, con la consiguiente frustración que ello conlleva al estrellarse con la de nuestro país, donde en la más de las veces ejercer esta carrera es aburrido, monótono y tedioso, lejos, muy lejos de ese glamour de los pulcros juzgados gringos.

7) No estudies Derecho porque los abogados van a desaparecer. Los que pertenecen a esta profesión no se han dado cuenta de los vertiginosos cambios en la tecnología, las nuevas tendencias sociales y profesionales y la desaparición paulatina de algunas ocupaciones que el futuro no va a requerir, o lo va a ser en menor medida, por la condiciones de mercado que imperan y van seguir imperando, donde los servicios que ofrecen no van a ser ya necesarios, o lo van a ser muy poco.

Pero no crea el atento lector que el autor comentado es un crítico destructivo, de esos que sólo apuntan el dedo flamígero a un grupo social o profesional determinado, sin ser propositivos de manera positiva, pues, en la segunda parte del texto en comento, propone una serie de recomendaciones para mejorar o tratar de enderezar esos plátanos chuecos motivo de estas dos entregas sucesivas.

Por lo que ampliamente recomendamos adquirir este libro, leerlo y reflexionarlo a profundidad, sobre todo a aquéllos que ejercen esta que pudiera ser, pero no lo es por ahora, una muy noble y leal ocupación.

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