¿Cómo acompañar a mi hijo/a en sus primeras semanas escolares?
Si bien, habrá muchos especialistas en el tema y muchas estrategias para poder responder a esta pregunta, yo daré mi punto de vista como pedagogo y como padre de familia, pues mi hijo de un año y medio acaba de entrar a maternal. Debemos entender el porqué llora el niño, primero porque es su única forma de comunicación ante algún disgusto o molestia, no necesariamente por un berrinche, y segundo, porque se está alejando de sus padres; el otro día estando en la primera reunión de padres de familia, un padre comentaba que estaban padeciendo mucho este proceso, pues ellos habían estado durante el año y medio de vida de su hijo, siempre al pendiente de él, durante todo el día, todos los días, y de repente, lo dejas 5-6 horas con personas desconocidas a las cuales les llamas “maestra o miss”, personas que si bien están muy preparadas, tanto para el alumno como para los padres son personas desconocidas a las cuales les estamos confiando lo que más amamos: nuestros hijos.
Dicho experiencia necesita de un proceso de adaptación tanto para el alumno como para los padres de familia, pues cambia por completo la rutina y la dinámica familiar que se había tenido antes de que el niño/a entrara a la escuela, pero también debemos comprender la importancia de la estimulación temprana, lo cual genera un correcto desarrollo físico y cognitivo, además de ayudarle a desarrollar habilidades indispensables para la vida, como la interacción social, disciplina, responsabilidad, empatía, orden y limpieza, etc. habilidades que para nosotros como adultos pueden sonar muy obvias, para el infante no lo es; también debemos comprender como padres de familia que tenemos que ser coherentes con lo que decimos y hacemos, porque tu hijo/a replicará cualquier comportamiento o lenguaje que utilicemos enfrente de ellos; y debemos tener una armonía con lo que se les enseña en clase.
Por ejemplo, si la maestra le enseña a guardar sus cosas, tú fomento en casa, porque si no, al alumno le genera un choque interno al pensar, en la escuela me regañan si no realizo esta actividad, pero en casa me dicen que está bien si no lo hago, entonces ¿qué es lo correcto? Tampoco debemos creer que porque los mandamos a la escuela ya cumplimos con su educación y formación como personas, debemos complementar y apoyar a las maestras, involucrarnos a medida de lo posible en todo el proceso educativo, por que al final del día a quien estamos beneficiando o afectando no es a nosotros, o a las maestras o a la escuela, son nuestros hijo/as quienes padecen las consecuencias de nuestras acciones, por eso pregúntate: ¿quiero que mi hijo/a sea una persona proactiva y feliz? Y si la respuesta es sí, disfruta el proceso de adaptación, porque este quizá dure un mes o un poco más, pero los beneficios serán para toda la vida, no subestimes la inteligencia de los niños solo porque están “chiquitos”, están en la etapa de formación de bases que los acompañarán toda la vida, ayúdales a que sean bases positivas.