Cañón de Juchipila

Calvillo mantiene el liderazgo guayabero; en Zacatecas la tradición se marchita

Por: Lic. José Juan Llamas S.

Cañón de Juchipila.- Durante años, el sur de Zacatecas fue tierra fértil y orgullosa productora de guayaba. Municipios como Apozol, Jalpa, Huanusco, Juchipila, Nochistlán y Tabasco protagonizaban esta actividad agrícola con cifras destacadas: en 2018, el valor de producción superó los 360 millones de pesos, gracias a una cosecha de más de 49 mil toneladas en casi 3 mil hectáreas cultivadas, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Sin embargo, la realidad actual es otra. Aunque Zacatecas aún se ubica en el tercer lugar nacional en producción de guayaba, la superficie cultivada y el volumen cosechado han caído más del 50%, y cada vez son más los productores que abandonan este fruto, ante la falta de rentabilidad.

De acuerdo con Jesús Mercado López, presidente del Sistema Producto Guayaba en Zacatecas, el principal obstáculo es económico: producir un kilo cuesta alrededor de 6.50 pesos, pero el comprador paga solo 5 pesos, lo que genera pérdidas de 1.50 pesos por kilo. “Ya muchos quitaron sus huertos. En Jalpa, por ejemplo, cambiaron la guayaba por nopal, y lo mismo pasó en Chalchisco y otras comunidades”, señaló.

Las consecuencias de la sequía de 2023 y el taponamiento de la presa Chihuila también han sido devastadoras, en el caso de Apozol, productor importante de esta fruta. La pérdida fue de hasta 70%, lo que afectó no solo la producción, sino también la calidad del fruto. Esto impidió que se exportara como en otros años, secando ramas productivas y reduciendo la superficie efectiva de cultivo a 4 mil hectáreas, muy por debajo de las 10 mil registradas durante el auge de finales de los 90.

En contraste, Calvillo, Aguascalientes, ha mantenido su liderazgo. Según Miguel Martínez Rubio, presidente del Sistema Producto Guayaba en ese estado, actualmente existen más de 4 mil hectáreas activas, con una vocación clara por mantener viva esta tradición agrícola. Aunque también han enfrentado afectaciones climáticas, la región ha sabido reconvertirse con prudencia y mantener su identidad frutícola.

“En Zacatecas ya no es negocio”, lamenta Jesús Mercado. Mientras tanto, en Calvillo, la guayaba sigue siendo símbolo de orgullo, identidad y motor económico. La diferencia no solo está en el clima, sino en la organización, los apoyos y las decisiones tomadas.