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¿LA NOTA ES LA NOTA O ES “LANOTA”?

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¿LA NOTA ES LA NOTA O ES “LANOTA”?

Una frase del gremio periodístico esgrimida ante cualquier insinuación de autocensura es “La nota es la nota”, con la cual establece que un hecho noticioso califica por sí mismo y no admite consideraciones respecto a quién favorece o a quien afecta.  Sin embargo, del dicho al hecho hay un mucho trecho

El juicio a García Luna genera notas de extraordinario interés periodístico, notas silenciadas por la gran mayoría de medios de comunicación convencionales. Tan fuerte es la atmósfera inhibitoria, que columnistas de temas de gran actualidad se ocupan de incidentes banales pero muy publicitados en vez de examinar a profundidad testimonios como los que tan solo para cubrir un hecho (La detención de Jesús Zambada) los narcos repartieron a medios y periodistas 300 mil dólares o que el gobierno de Coahuila fungió como intermediario para el pago mensual de 25 millones de pesos de parte de García Luna al diario el Universal. El silencio de la mayoría mediática comprueba que no para todos “la nota es la nota”

Cuando hablamos de la nota, hablamos del producto más usual del periodismo informativo para diferenciarlo del género de opinión, trasluce la ética  asumida ante el público en dónde los medios de comunicación de diferentes ideologías y definiciones políticas deben  comunicar los hechos de intereses público tal como suceden aunque difiriendo entre sí  en la interpretación de tales hechos, por ejemplo, la  cobertura  de todos los medios de la matanza del 2 de octubre de 1968  reseñaría la represión sangrienta pero algunos medios la defenderían como  acto obligado para preservar el orden y otros como brutal aplastamiento de una concurrencia que pacíficamente manifestaba su sentir. En vez de eso, los medios de comunicación que no minimizaron la noticia simplemente no mencionaron lo acontecido, la nota no fue la nota

Es muy conocida la historia de principios de los sesenta del siglo pasado cuando el New York Times se abstuvo de publicar un “notición”: La inminente invasión gringa a Cuba que terminó que desembocó en la humillación den Bahía de cochinos y que hizo que muchos le reprocharan al famoso diario el silencio que les hubiera evitado la derrota al obligar a suspender la aventura si la nota hubiese sido la nota

IMPARCIALIDAD SIMULADA

El pasado jueves en “la mañanera” el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera dio a conocer una red de lavado de dinero que involucra empresas y entidades públicas tejida por García Luna, la información es impactante a pesar de que tenemos años conociendo fechorías cometidas desde los altos círculos gobernantes, sin embargo, su testimonio ha sido silenciado  por la gran mayoría de los medios de comunicación que con ello demuestran su distancia con la lucha contra la impunidad de delincuentes de élite ¿Cómo seleccionan lo que difunden? ¿Allí no vale eso de que “la nota es la nota”?

Platicando con amigos de los medios al respecto concluimos que la prensa que se dice apartidista selecciona sus contenidos según considere “a quién le hace el juego”. “Si la difusión de la información debilita a mi bando, no lo difundo”, si favorece a los que yo apoyo, le entro con todo”

La política editorial conlleva riesgos, los contenidos suman o restan público siendo que el tamaño del público determina ingresos procedentes de anunciantes privados y hasta la rentabilidad del gasto de los políticos en “cobertura favorable”

Venturosamente las fuentes alternativas se extienden día con día y la industria de la información vive cambios cuya profundidad apenas avizoramos. Muchos medios de comunicación convencionales que por intereses empresariales mal entendidos no pueden aplicar el criterio de que “la nota es la nota”, van en caída libre

OPOSITORES AL CAMBIO

La selección de hechos noticiosos y su jerarquización tienen límites estrechos e implica una inevitable subjetividad además de una legítima definición ideológica y política. Con justeza se dice que empresarios mediáticos y periodistas forman parte de la clase política, lo sepan o no.

En más de un siglo de existencia, periodismo mercantil conserva su vocación oligárquica opuesta al cambio

Aunque el dinero de los contribuyentes ha sido decisiva en su desarrollo, su identidad de fondo ha sido con la conservación de privilegios de la élite inclusive cuando ésta entra en conflicto con el gobierno en turno, en consonancia con esa vocación, hoy la mayoría del conjunto de medios de comunicación participa abiertamente en contra de la política reformista que encabeza el presidente López Obrador y ni por asomo actúa en la lógica de que “la nota es la nota” sino en la de que “La nota es “lanota””

No obstante, existe el periodismo que no responde a esa vocación oligárquica y que tiene mucho futuro por delante

Nos encontramos el jueves en Recreo

@luismedinalizalde-luismedinalizalde@gmail.com