Burros.
Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.
Reprobados. Burros. Animalazos. Son los calificativos menos ofensivos que se han proferido en contra de la mexicanada por aquéllo de la nimiedad de resultados obtenidos en la evaluación PISA y que se han dado a conocer de manera reciente. Y lo que falta por proferir y recibir. Porque vaya lo que se dirá: los principales detractores son nacionales.
Recordemos que esta prueba estandarizada da cuenta del nivel de los estudiantes de alrededor de quince años de edad pertenecientes a diversas naciones, entre las que se incluya a la nuestra. PISA no evalúa materias escolares, sino que revisa tres áreas de competencia que se suponen indispensables, básicas, y que son: lectura, matemáticas y ciencias, y es una prueba diseñada para ser independiente de cualquier currículum escolar determinado. Se supone que los estudiantes deben saber leer, realizar las operaciones básicas (sumar, restar, multiplicar y dividir) en ejemplos de la vida cotidiana, como decir, calcular el monto de algún interes simple y su impacto en el tiempo, además conocer y aplicar algunos conceptos de las ciencias. Es todo. Esto es, si alguien de esa edad no sabe lo que se le pregunta, entonces ni siquiera es apto para vivir medianamente bien en estos tiempos, atendiendo a estos requerimientos elementales del saber contemporáneo.
Podríamos aquí empezar a dar datos, comparaciones y algunas cifras obtenidas en este examen, pero no es el caso, pues perderíamos tiempo, dinero y esfuerzo. Lo que si debemos expresar son dos o tres conclusiones principales de estos frutos obtenidos, y que no han sido desmentidos por nadie: los mexicanos en estas edades, no comprendemos lo que leemos, no sabemos realizar las operaciones básicas de matemáticas y no entendemos cómo funciona el mundo de la actualidad, pues no acatamos a dar una explicación medianamente razonada sobre los fenómenos científicos más fundamentales.
Dos de cada tres estudiantes mexicanos de quince años en promedio no realizan operaciones aritméticas elementales y la mitad no comprende casi en absoluto lo que lee. Seguimos teniendo un pensamiento mágico – religioso, pues al parecer ni siquiera entendemos la proposición de causa – efecto que rige los fenómenos de la naturaleza. Menos vamos a entender la fusión o fisión nuclear, auque sea en su idea general.
De conformidad con lo obtenido, también podemos deducir que estos niveles no se veían en el sistema escolar, sino desde hace veinte años, o sea, que estamos viajando en el tiempo para atrás, desde el punto de vista académico.
Recientemente se ha estudiado que los burros en realidad son demasiado inteligentes, para la idea tan despectiva que tenemos de ellos. Seguro se sentirán ofendidos cuando los comparen con las mexicanidades andantes.
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