ColumnasGrupo Terapéutico Carrillo

El síndrome del cuidador quemado, burnout

 

Cuidar de alguien en la etapa terminal de la vida tal como refieren los budistas es una bendición, aunque es desgastante a nivel emocional, cognitivo, físico, conductual, social, económico y espiritual.

 

Que tu sonrisa cambie el mundo, pero el que el mundo no cambie tu sonrisa

Mari Carmen Lloret

 

Continuando con los artículos de acompañamiento presentamos este artículo que bosqueja en el mundo de los cuidados que ameritan cuando un ser querido por la edad o por alguna situación de enfermedad, es “desahuciada”, o se le dice que “ya no se puede hacer nada”, es “Terminal” “persona cercana al final de la vida”, términos que no desearíamos que resuenen en nuestra vida pero que sin embargo sucede.

Generalmente, cuando se toca el tema de cuidado de personas en el final de la vida (pacientes con enfermedades terminales), se pone el foco de atención en la persona enferma, se centran los esfuerzos en cubrir todas las necesidades del paciente, esto implica que es necesario que un familiar o alguien cercano este a su lado, para no descuidarlo y estar 24/7 al pendiente. A la persona encargada de cuidar del paciente se le denomina cuidador principal, y a pesar de que por lo general otras personas también realizan la labor de cuidador, el cuidador principal es quien lleva toda la carga de trabajo y por tanto quien mas llega a estresarse y sufrir.

El tema de cuidador principal puede ser visto desde un punto de vista sociocultural, en la cultura mexicana se nos enseña a que en algún momento tendremos que hacernos cargo de nuestros padres, abuelos u otros familiares cercanos, rara vez se contratan especialistas en cuidados paliativos. El cuidador principal, entonces, es aquella persona que dedica la mayor parte de su tiempo a atender las necesidades básicas y psicosociales del enfermo o supervisa la vida diaria de la persona dependiente. El cuidado realizado por los cuidadores familiares tiene aspectos positivos (existe la posibilidad de un ambiente más humanizado) y negativos (el desgaste del cuidador, las situaciones conflictivas entre familia) cuyas decisiones pueden   excluir   al   paciente   de   su   propio   cuidado, restringen o anulan su autonomía

Es importante poner atención al cuidador principal, ya que estos suelen interrumpir su ritmo habitual y limitar su vida social, lo que trae con el tiempo una repercusión negativa en su salud que puede presentar un conjunto de problemas físicos, mentales, sociales y económicos, a los que generalmente se les denomina “carga”.  A esta “carga” se le ha dado diferentes nombres: colapso, crisis, sobrecarga, burnout (síndrome del quemado), síndrome del cuidador, síndrome del cuidador principal, claudicación del cuidado, y trauma vicario.

Está carga puede ser la causa de enfermedades y trastornos mentales. Los cuidadores principales sufren al par que sus familiares, pueden llegar a desarrollar sentimientos negativos, tales como, frustración, sentimientos de culpa, impotencia, tristeza crónica, pueden llegar a adjudicarse responsabilidades que no les corresponde, y en cierto momento se tendrán que enfrentar a la muerte y por lo tanto entraran en duelo.

Es importante cuidar que estos colapsos no se lleguen a dar de maneras drásticas, tratando de distribuir los cuidados con otros familiares, aunque sea natural que la persona acompañada se sienta más cómoda solo con el cuidador principal, empero es importante que descanse en momentos. Finalmente, la frase con la que iniciamos denota que incluso en estos momentos es importante la actitud, porque si no podemos cambiar la situación podemos cambiar la actitud con la que afrontamos la situación.