ColumnasDr. Guadalupe Estrada R.

No estudies Derecho.

Por: Dr. José Guadalupe Estrada Rodríguez.

“No estudies Derecho” (Taurus, 2023) es el título de libro escrito por Juan Jesús Garza Onofre, quien según la nota biográfica contenida en la solapa es abogado, maestro en Derechos Humanos y Doctor en Filosofía en Derecho, miembro del Sistema Nacional de Investigadores e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, entre otros datos.

Nos llamó sobremanera el título del estudio en cuestión por razones eminentemente personales y de deformación profesional, como lo entenderán algunos de los tres lectores de esta columna. Pero más me inquietó al irlo leyendo, pues, habrá que decirlo con sinceridad, es un texto lleno de verdades incómodas, escondidas y echadas debajo del tapete de esa ocupación que está en medio de la nebulosidad incierta entre lo netamente gangsteril y la evasión tramposa de la ley.

Permitirá ahora, este mismo atento leyente que reproduzca, sin muchos entrecomillados, los argumentos por los que el autor mencionado considera que hay que pensarlo más de dos veces antes de estudiar la carrera de Derecho, acotación la anterior para vacunarnos anticipadamente de las tan en boga acusaciones de plagio. Dios nos libre, estas son ideas ajenas:

  1. No estudies Derecho porque… Hay más abogados que perros en la calle. Y si ello sucede, entonces cualquiera puede ser abogado. De hecho en México “todo mundo es abogado, mientras no pruebe lo contrario”. Para terminar la carrera de Derecho, el único requisito es inscribirse… y no morirse. En nuestro país, actualmente, existen cerca de 1,500 (si, leyó bien, mil quinientas) escuelas de Derecho, se abre una carrera de esta naturaleza cada semana que pasa. España y Argentina, juntas, tienen menos escuelas de Derecho que las que hay solamente en el Estado de México. Puebla tiene más facultades de Derecho que todo Canadá, y en Veracruz hay casi las mismas escuelas que en toda Alemania.
  2. No estudies Derecho porque… Los abogados son conservadores, siendo esta una profesión de “colchón”. Convertirse en abogado, suele ser una decisión muy conservadora ya que no implica riesgo alguno y abona el mantenimiento del actual estado de cosas. Cuántas veces no se han pronunciado frases como “primero estudia Derecho, y luego ya dedícate a lo que quieras”, “si eres abogado, después puedes hacer cualquier cosa”, u otra similares, porque claro esta licenciatura sirve para lo que sea y, quizá, no sirve para nada.
  3. No estudies Derecho porque… Los abogados son despreciables. Como con los sepultureros o los enterradores en los panteones, queda claro que le encuentro con un abogado para nada resulta una experiencia gentil, grata y reconfortante. Cuervos, tiburones, aves negras, picapleitos, leguleyos, gángsters, coyotes, chicaneros, etc. Son sólo unas de los adjetivos que se endilgan. A la par de cientos de chistes que denotan el desprecio social por esa profesión.
  4. No estudies Derecho porque… tendrás que disfrazarte de abogado. Casi como un muertero, traje negro, obscuro, si se puede pasado de moda mejor, porque los abogángsters piensan que con la sola percha construyen su prestigio. Toda persona con traje y corbata que camina por la calle se presume abogado, mientras no se demuestre lo contrario. Sin embargo, lo anterior habla más bien de un gremio vetusto y presuntuoso para el que la forma ya no sólo es más importante que el fondo, sino que es el propio fondo.

En la próxima semana concluiremos con las otras cuatro razones que nuestro comentado expone para estudiar mejor otra cosa.

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