Loco Furioso.
Según la mayoría de las fuentes bibliográficas de que disponemos, en la Antigua Roma existían dos tipos de locos: los “furiosi”, y los “mente capti”. El primero era un apelativo que se daba a una persona completamente privada de razón, tuviera o no intervalos lúcidos, y, por otra parte, la segunda era poseedora de un poco de inteligencia o de facultades intelectuales escasamente desarrolladas, pero que, en sus devaneos siderales, algo debía entender de lo que estaba pasando a su alrededor.
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